« Un viñedo tan hermoso y tan cerca de Lafite… la oportunidad de revivirlo era simplemente irresistible » Baron Eric de Rothschild
En 1962, Domaines Barons de Rothschild (Lafite) adquirió Château Duhart-Milon, propiedad vecina de Château Lafite Rothschild. Según testimonios orales, el “Señor Duhart” era un corsario de Luis XV que decidió avecindarse en Pauillac para disfrutar de su vejez en una casa del puerto de Pauillac que posteriormente serviría de inspiración para ilustrar la etiqueta de los vinos de Duhart-Milon. Desde principios del siglo XVIII, los vinos de Milon sirvieron de renta al Señor de Lafite, formando parte de los “segundos vinos” (del francés, Seconds vins) de Château Lafite y dando fe del reconocimiento a la calidad superior del terroir. La clasificación de 1855 consagra a Duhart-Milon al designarlo único 4ème Cru Classé de la comuna de Pauillac.
El viñedo de 76 hectáreas de denominación Pauillac se compone de un 67% de Cabernet Sauvignon y de un 33% de Merlot y se ubica en el lado oeste del Château Lafite Rothschild, sobre los lomajes de Milon que hacen las veces de una prolongación de la meseta Carruades de Lafite. La edad promedio de las vides es de 30 años.
El viñedo de 76 hectáreas de denominación Pauillac se compone de un 67% de Cabernet Sauvignon y de un 33% de Merlot y se ubica en el lado oeste del Château Lafite Rothschild, sobre los lomajes de Milon que hacen las veces de una prolongación de la meseta Carruades de Lafite. La edad promedio de las vides es de 30 años.

Presentación
A menudo se describe al gran vino del Château Duhart-Milon como una expresión clásica y depurada de la denominación de origen Pauillac, la cual se ha hecho incluso merecedora de una “distinción reservada de gran fineza”. La opinión del negociante Abraham Lawton, según quien en 1815 el vino ya presentaba "…gran firmeza, buen color y savia bastante pronunciada”, refleja el carácter indeleble de Château Duhart-Milon (la “savia” de los primeros crudos de Médoc fue bellamente descrita como “algo en el olor que emana de la mejor cera impermeable al quemarse”).
Vendimia
El inicio del invierno fue templado y seco y no fue hasta fines de enero que se instalaron los fríos y las lluvias necesarios para los viñedos. Como es habitual, la floración se produjo a comienzos de abril y los viñedos de desarrollaron sin demora, alentados por buenas reservas de agua y un clima templado. La floración comenzó de manera precoz y homogénea en junio, prometedor signo para la cosecha.
La influencia ejercida por el océano y el estuario permitió atenuar de cierta forma las elevadas temperaturas del verano. Si bien las precipitaciones se mantuvieron mayoritariamente ausentes, las lluvias de agosto hicieron descender las temperaturas a los niveles necesarios para la pinta y para una maduración perfecta. Las condiciones fueron óptimas para la vendimia, lo que permitió cosechar la mejor fruta de cada parcela.
Cosecha: Merlot: entre el 17 y el 23 de septiembre; Cabernet Sauvignon: entre el 28 de septiembre y el 6 de octubre
La influencia ejercida por el océano y el estuario permitió atenuar de cierta forma las elevadas temperaturas del verano. Si bien las precipitaciones se mantuvieron mayoritariamente ausentes, las lluvias de agosto hicieron descender las temperaturas a los niveles necesarios para la pinta y para una maduración perfecta. Las condiciones fueron óptimas para la vendimia, lo que permitió cosechar la mejor fruta de cada parcela.
Cosecha: Merlot: entre el 17 y el 23 de septiembre; Cabernet Sauvignon: entre el 28 de septiembre y el 6 de octubre
Uvas
Cabernet sauvignon : 73%
Merlot : 27%
Merlot : 27%
Degustación
Al momento del embotellado abril de 2017:
Color rojo granate oscuro.
Nariz intensa, con agradables toques de regaliz. Excelente equilibrio entre las notas de madera provenientes de las barricas nuevas y los aromas a fruta fresca.
En boca, el vino evoluciona y se expresa sin demora. El paladar constante y equilibrado da paso a un final largo donde predominan las notas de cereza.
Muy buen potencial de guarda.
Color rojo granate oscuro.
Nariz intensa, con agradables toques de regaliz. Excelente equilibrio entre las notas de madera provenientes de las barricas nuevas y los aromas a fruta fresca.
En boca, el vino evoluciona y se expresa sin demora. El paladar constante y equilibrado da paso a un final largo donde predominan las notas de cereza.
Muy buen potencial de guarda.